DECLARACION
PUBLICA DE LOS COLECTIVOS DE TRABAJADORES
DE LA REGION METROPOLITANA, CC.TT. - RM.
Comunicamos
a las organizaciones de trabajadores, populares y estudiantiles
con las que hemos marchado juntos, así como a los luchadores
y constructores que nos han escuchado y apoyado en estos años,
que los Colectivos de Trabajadores de la Región Metropolitana,
CC.TT.-RM, hemos decidido suspender nuestras actividades políticas
públicas por un tiempo indefinido.
Después
de casi ocho años de intensa e incansable actividad, no hemos
logrado realizar nuestro propósito de llegar a construir
una fuerza de opinión y de acción capaz de gravitar
en el mundo de la izquierda y del movimiento de trabajadores. En
ese sentido, constatamos un estancamiento de nuestro desarrollo.
No
subvaloramos los numerosos logros y la contribución que hemos
hecho a la constitución de una franja de luchadores en las
nuevas condiciones del capitalismo neoliberal, no obstante aspirábamos
a más. Por ello nuestra autocrítica ha sido severa
y exigente.
Hemos
decidido esta suspensión – aún cuando seguiremos
articulados- porque nos parece impropio que quienes hemos declarado
asumir la construcción y acción política fundados
en sólidos principios éticos, sigamos manteniendo
una imagen que pretende ser punto de referencia, cuando en realidad
carece de fuerza para intervenir e influir efectivamente en el devenir
nacional. Y hemos decidido hacerla pública, por cuanto consideramos
que es la mínima responsabilidad política que nos
debemos y debemos a quienes han compartido esfuerzos y esperanzas
por levantar una alternativa para un mundo mejor. Nuestra experiencia,
buena o mala, con sus aciertos y limitaciones, es patrimonio de
los trabajadores y el pueblo y es deber comunicarla.
Nuestro
estancamiento se explica por factores internos, propios de nuestra
organización, y por otros relacionados con el momento por
el que actualmente transita la contrarrevolución neoliberal
chilena.
Como
factor interno resalta el hecho que, a pesar de haber construido
una fuerza efectiva para impulsar las tareas de agitación,
propaganda y formación, nunca logramos superar un umbral
de militancia que permitiera sostener y ampliar nuestros pequeños
éxitos en la construcción de colectivos de trabajadores
o sindicatos de nuevo tipo. Aunque lo intentamos en sucesivas oportunidades
y ensayamos diversas formas, no pudimos construir una “masa
crítica” que compartiendo una visión táctica
adecuada al período, tuviera además las condiciones
objetivas para insertarse permanentemente en la dinámica
de los nuevos sectores de trabajadores, característicos del
patrón de acumulación neoliberal, precisamente aquellos
que desde nuestra fundación consideramos estratégicos
y portadores de nuevas posibilidades: los trabajadores flexibilizados
y precarizados, especialmente jóvenes y vinculados a los
circuitos productivos más dinámicos de la economía.
Entre
los factores externos, destaca el desgaste que ha afectado a la
franja de la izquierda “desconfiada” o “revolucionaria”,
a la que pertenecemos y pertenecen ciertas corrientes de trabajadores,
estudiantiles y poblacionales. En los tres últimos años
esta franja ha venido estrechándose; varios de los “colectivos”
han terminado por desaparecer o, como nosotros, han estancado su
desarrollo al no resolver orgánica y políticamente
una de las más cruciales interrogantes del momento histórico:
cómo hacer converger las diversas iniciativas de construcción,
manteniendo las formas democráticas de militancia y de auto
representación propias de los colectivos, junto con las exigencias
de centralidad y eficiencia requeridas por el necesario paso de
la micro política a la macro política.
Es
determinante en este estrechamiento de la “franja rupturista”
la inadecuación de la táctica frente a las nuevas
circunstancias en que se desenvuelve la contrarrevolución
neoliberal chilena.
En
lo económico, el capitalismo neoliberal empieza a dar muestras
de debilidad en su propia reproducción. Las dificultades
que enfrentan las fracciones exportadoras no mineras del capital,
afectadas por un tipo de cambio a la baja durante los últimos
años, el estancamiento del ritmo de inversión en la
industria, la agricultura y el sector de servicios financieros,
comunicaciones, AFP, etc., y el déficit energético,
ha hecho sonar ya las alarmas para el corto y mediano plazo. Hay
visos y anuncios de un entrampamiento estructural del patrón
de acumulación engendrado por una contrarrevolución
neoliberal más que madura.
Lo
anterior también se expresa en el ámbito de lo político.
La ralentización prolongada del crecimiento ha forzado trayectorias
asimétricas en las tasas de ganancia de los diferentes segmentos
empresariales, y las expectativas respecto del futuro están
siendo caldo de cultivo para la emergencia de contradicciones entre
las fracciones del capital. Estas se manifiestan ya con mayor frecuencia
en presiones sobre el Estado y la política económica,
y comienzan a alterar las correlaciones de fuerza al interior del
bloque en el poder. Muchas señales confirman esta tendencia:
los realineamientos respecto de la educación, la estrategia
exportadora, el rol del estado y la desigualdad, las condiciones
laborales, la propiedad privada sobre los RRNN, etc., reordenan
las fuerzas que, en la superficie, se manifiestan en las recurrentes
crisis en la Alianza y en la Concertación.
En
este escenario, la izquierda confiada no agrega nada salvo inducir
más confusión en el campo popular, pues ella está
con un pie en algunas luchas de trabajadores, y el otro en largas
e infructuosas negociaciones con el gobierno, la Concertación
y la Alianza. En efecto, en vez de aprovechar su influencia para
estimular la constitución de un nuevo movimiento de trabajadores
a partir de las luchas emergentes, simplemente busca domesticarlas
para sus objetivos de "inclusión social", que no
son sino "su" inclusión como fuerza política
en las instituciones seudo republicanas que conforman el sistema
político, sistema cuyo único destino debiera ser su
sustitución por uno verdaderamente democrático.
Afirmamos
que entraremos en un nuevo período para el cual urge redefinir
una nueva táctica, pero redefinirla con una visión
de más largo aliento y sin soslayar una evaluación
crítica de nuestra propia experiencia de estos casi ocho
años de existencia como una más entre las diversas
iniciativas de construcción empeñadas en levantar
una alternativa al modo de vida impuesto por la patronal.
Nos
retiramos, pues, de la actividad política pública
pero seguiremos activos. En particular, mantendremos algunas tareas
como la edición de la página web, ahora con el nombre
de nuestro antiguo boletín: “Correo de los Trabajadores”;
la colaboración en talleres de análisis de coyuntura
y otras publicaciones, en la actividad formativa y por supuesto
en la participación en actos y manifestaciones de apoyo y
solidaridad con los trabajadores y sus luchas.
Agradecemos
a los compañeros y compañeras con quienes hemos marchado
y nos han dado su confianza en todo este tiempo; sin duda nos seguiremos
encontrando junto a los trabajadores y el pueblo.
Fraternalmente,
Colectivos
de Trabajadores de la Región Metropolitana, CC.TT. –
RM
Santiago, 2 de abril de 2008.
e-mail: cctt@cctt.cl
web: www.cctt.cl
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