El Correo de los Trabajadores fue el nombre del Boletín de difusión impresa creado por  los Colectivos de Trabajadores, CC.TT., corriente de trabajadores fundada el 1° de mayo de 1999 en Santiago de Chile por un grupo de dirigentes  y militantes de base provenientes de los sectores bancarios, AFP, portuarios, educación e independientes. Los CC.TT. se propusieron contribuir a la reconstitución del movimiento de trabajadores y popular chilenos, teniendo a la vista las nuevas condiciones de producción y del mercado de trabajo,  flexibles y precarias, impuestas por el neoliberalismo y frente a las cuales el sindicalismo y el gremialismo clásicos, no habían sido capaces de responder.

El 2 abril de 2008, los CC.TT de la Región Metropolitana decidieron disolverse como organización (ver Declaración Pública de más abajo), aunque manteniedo las tareas de formación política y de AGP, incluyendo la edición de la página web que, a partir de entonces, tomó el mismo nombre del Boletín citado. Esas tareas de formación política y de edición de la página digital Correo de los Trabajadores, desde entonces hasta hoy 21 de febrero de 2016, se han mantenido sistemática y regularmente.

A punto de cumplir 8 años de la auto-disolución de los CC.TT.-RM y a casi 17 años de su fundación, hemos modernizado por tercera vez este medio haciéndolo más útil, más completo y más cercano a la creciente masa de trabajadores que acceden a los medios de difusión digitales. Como siempre, sus contenidos noticiosos, informativos, de opinión, instructivos y teóricos, se orientan a fortalecer la voluntad y pensamiento crítico de aquellos hombres y mujeres que luchan por la emancipación frente a la barbarie a que nos conduce veloz el capital y su modo de vida.

!A romper el cerco informativo y el sentido común dominantes!

Grupo Editor
Correo de los Trabajadores,
Chile, 21 febrero de 2016.
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DECLARACION PUBLICA DE LOS COLECTIVOS DE TRABAJADORES
DE LA REGION METROPOLITANA, CC.TT. – RM.

Comunicamos a las organizaciones de trabajadores, populares y estudiantiles con las que hemos marchado juntos, así como a los luchadores y constructores que nos han escuchado y apoyado en estos años, que los Colectivos de Trabajadores de la Región Metropolitana, CC.TT.-RM, hemos decidido suspender nuestras actividades políticas públicas por un tiempo indefinido.

Después casi nueve años de intensa e incansable actividad, no hemos logrado realizar nuestro propósito de llegar a construir una fuerza de opinión y de acción capaz de gravitar en el mundo de la izquierda y del movimiento de trabajadores. En ese sentido, constatamos un estancamiento de nuestro desarrollo.

No subvaloramos los numerosos logros y la contribución que hemos hecho a la constitución de una franja de luchadores en las nuevas condiciones del capitalismo neoliberal, no obstante aspirábamos a más. Por ello nuestra autocrítica ha sido severa y exigente.

Hemos decidido esta suspensión – aún cuando seguiremos articulados- porque nos parece impropio que quienes hemos declarado asumir la construcción y acción política fundados en sólidos principios éticos, sigamos manteniendo una imagen que pretende ser punto de referencia, cuando en realidad carece de fuerza para intervenir e influir efectivamente en el devenir nacional. Y hemos decidido hacerla pública, por cuanto consideramos que es la mínima responsabilidad política que nos debemos y debemos a quienes han compartido esfuerzos y esperanzas por levantar una alternativa para un mundo mejor. Nuestra experiencia, buena o mala, con sus aciertos y limitaciones, es patrimonio de los trabajadores y el pueblo y es deber comunicarla.

Nuestro estancamiento se explica por factores internos, propios de nuestra organización, y por otros relacionados con el momento por el que actualmente transita la contrarrevolución neoliberal chilena.

Como factor interno resalta el hecho que, a pesar de haber construido una fuerza efectiva para impulsar las tareas de agitación, propaganda y formación, nunca logramos superar un umbral de militancia que permitiera sostener y ampliar nuestros pequeños éxitos en la construcción de colectivos de trabajadores o sindicatos de nuevo tipo. Aunque lo intentamos en sucesivas oportunidades y ensayamos diversas formas, no pudimos construir una “masa crítica” que compartiendo una visión táctica adecuada al período, tuviera además las condiciones objetivas para insertarse permanentemente en la dinámica de los nuevos sectores de trabajadores, característicos del patrón de acumulación neoliberal, precisamente aquellos que desde nuestra fundación consideramos estratégicos y portadores de nuevas posibilidades: los trabajadores flexibilizados y precarizados, especialmente jóvenes y vinculados a los circuitos productivos más dinámicos de la economía.

Entre los factores externos, destaca el desgaste que ha afectado a la franja de la izquierda “desconfiada” o “revolucionaria”, a la que pertenecemos y pertenecen ciertas corrientes de trabajadores, estudiantiles y poblacionales. En los tres últimos años esta franja ha venido estrechándose; varios de los “colectivos” han terminado por desaparecer o, como nosotros, han estancado su desarrollo al no resolver orgánica y políticamente una de las más cruciales interrogantes del momento histórico: cómo hacer converger las diversas iniciativas de construcción, manteniendo las formas democráticas de militancia y de auto representación propias de los colectivos, junto con las exigencias de centralidad y eficiencia requeridas por el necesario paso de la micro política a la macro política.

Es determinante en este estrechamiento de la “franja rupturista” la inadecuación de la táctica frente a las nuevas circunstancias en que se desenvuelve la contrarrevolución neoliberal chilena.

En lo económico, el capitalismo neoliberal empieza a dar muestras de debilidad en su propia reproducción. Las dificultades que enfrentan las fracciones exportadoras no mineras del capital, afectadas por un tipo de cambio a la baja durante los últimos años, el estancamiento del ritmo de inversión en la industria, la agricultura y el sector de servicios financieros, comunicaciones, AFP, etc., y el déficit energético, ha hecho sonar ya las alarmas para el corto y mediano plazo. Hay visos y anuncios de un entrampamiento estructural del patrón de acumulación engendrado por una contrarrevolución neoliberal más que madura.

Lo anterior también se expresa en el ámbito de lo político. La ralentización prolongada del crecimiento ha forzado trayectorias asimétricas en las tasas de ganancia de los diferentes segmentos empresariales, y las expectativas respecto del futuro están siendo caldo de cultivo para la emergencia de contradicciones entre las fracciones del capital. Estas se manifiestan ya con mayor frecuencia en presiones sobre el Estado y la política económica, y comienzan a alterar las correlaciones de fuerza al interior del bloque en el poder. Muchas señales confirman esta tendencia: los realineamientos respecto de la educación, la estrategia exportadora, el rol del estado y la desigualdad, las condiciones laborales, la propiedad privada sobre los RRNN, etc., reordenan las fuerzas que, en la superficie, se manifiestan en las recurrentes crisis en la Alianza y en la Concertación.

En este escenario, la izquierda confiada no agrega nada salvo inducir más confusión en el campo popular, pues ella está con un pie en algunas luchas de trabajadores, y el otro en largas e infructuosas negociaciones con el gobierno, la Concertación y la Alianza. En efecto, en vez de aprovechar su influencia para estimular la constitución de un nuevo movimiento de trabajadores a partir de las luchas emergentes, simplemente busca domesticarlas para sus objetivos de «inclusión social», que no son sino «su» inclusión como fuerza política en las instituciones seudo republicanas que conforman el sistema político, sistema cuyo único destino debiera ser su sustitución por uno verdaderamente democrático.

Afirmamos que entraremos en un nuevo período para el cual urge redefinir una nueva táctica, pero redefinirla con una visión de más largo aliento y sin soslayar una evaluación crítica de nuestra propia experiencia de estos casi ocho años de existencia como una más entre las diversas iniciativas de construcción empeñadas en levantar una alternativa al modo de vida impuesto por la patronal.

Nos retiramos, pues, de la actividad política pública pero seguiremos activos. En particular, mantendremos algunas tareas como la edición de la página web, ahora con el nombre de nuestro antiguo boletín: “Correo de los Trabajadores”; la colaboración en talleres de análisis de coyuntura y otras publicaciones, en la actividad formativa y por supuesto en la participación en actos y manifestaciones de apoyo y solidaridad con los trabajadores y sus luchas.

Agradecemos a los compañeros y compañeras con quienes hemos marchado y nos han dado su confianza en todo este tiempo; sin duda nos seguiremos encontrando junto a los trabajadores y el pueblo.

Fraternalmente,

Colectivos de Trabajadores de la Región Metropolitana, CC.TT. – RM
Santiago, 2 de abril de 2008.
e-mail: cctt@cctt.cl
web: www.cctt.cl